RM E0Y611 – Nov. 29, 1968 - Jean Paul Belmondo and Ursula Andress at Orly Airport. RM F7CC06 – 1966 - Rome, December 1966 Swiss actress Ursula Andress is now in Rome, accompanied by Jean Paul Belmondo. She is working in the film The Sweety Ladies co-starring Virna Lisi, Claudine Auger, and Marisa Mell. Four sweety ladies for four Italian
RM AFKTPB – Andress, Ursula, * 19.3.1936, Swiss actress, full length, wearing Bikini, swimming pool, 1960s, RM E0XGY5 – Dec. 12, 1966 - Swiss actress Ursula Andress is now in Rome, accompanied by Jean Paul Belmondo. She is working in the film ''the sweaty ladies'' co starring Virna Lisi, Claudine Auger, and Marisa Bell.
The actor Jean-Paul Belmondo has died. He came to fame in Jean-Luc Godard's New Wave classic "Breathless." He went on to become a French national treasure. He was 88 years old.
He kisses Ursula Andress underwater, defies the heights by dangling precariously from tall buildings, edges of cliffs, wobbly scaffolding.Only a short time ago the leathery-faced Mr. Belmondo was
18 May 2023 Jean-Paul Belmondo and Ursula Andress | Jean-Paul Belmondo Photo ID: 89156954. Picture of Jean-Paul Belmondo - - Latest Jean-Paul Belmondo image.
Jean-Paul Belmondo et ses sublimes partenaires féminines au cinéma (22 photos) …. Jean-Paul Belmondo rend visite à la maternité où sa première femme Elodie vient d’accoucher d’un petit garçon, Paul, leur troisième enfant.
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fcShtv. Jean Paul conoció a Ursula Andress, el mayor Sex Symbol de la época, en un rodaje. (Photo by Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images)Si uno mira una foto de Ursula Andress junto a Jean-Paul Belmondo entenderá al instante y sin necesidad de explicaciones la frase “juntos son dinamita”. Es que viéndolos -o mejor definido, contemplándolos- uno al lado del otro, y aunque esa imagen ronde las cinco décadas, todavía la pareja emana una sensualidad y un magnetismo difícil de encasillar en parámetros de “simples mortales”.Se conocieron en 1965. Como actores que eran no se descubrieron en una cita a ciegas, no los presentó un amigo y mucho menos se tropezaron en un almacén. Nada de eso: se vieron por primera vez mientras filmaban la película Las tribulaciones de un chino en no tuvo necesidad de preguntar: “¿Quién es esa chica?”. Es que para esa época casi no existía señor que no supiera, y sobre todo no hubiera soñado, con semejante beldad. Ursula quedó grabada -o más bien, inmortalizada- en la fantasía de gran parte de la humanidad gracias a El satánico Dr. No, la primera película de la saga del mítico James Bond, con Sean Connery de protagonista. Con los años el actor escocés se convertiría en una leyenda del cine; con unos segundos Ursula se convirtió en póster y escena en la que Ursula Andress sale del mar luciendo un bikini blanco en "El satánico Dr. No". Le pagaron seis mil dólares por su trabajo. Cinco años después cobraba 200 mil dólares por aparecer en "Casino Royale"En una escena hoy distinguida entre las 10 más sensuales del cine, la muchacha emergía del agua luciendo un bikini. No era una mínimo triangulito, ni siquiera el modelo cola less; al contrario para los parámetros actuales, hasta tenía mucha tela. Sin embargo, Ursula -que había cumplido 26años- dejaba a todos sin aliento. Tanto que aunque pasaron los años, las secuelas y las actrices para ese rol, nadie logra sacarle el cetro de la mejor chica Bond de todos los Ursula, Belmondo tampoco era un desconocido. Como casi todas las mujeres de la época sabía de ese hombre apodado el más feo del cine francés, pero dueño de una seducción y un carisma que cuando los amigos de Bebel supieron quién sería su compañera, le advirtieron: “Tené cuidado. Es la mujer más hermosa del mundo”. La atracción fue mutua. Belmondo no se mostraba intimidado por su belleza y sin querer -o más bien queriendo- le entregaba un afrodisíaco irresistible para casi toda mujer: la hacía reír. Las carcajadas de Ursula al escuchar sus anécdotas resonaban por todo el lugar. Más de uno y una debe haber pensado: “Listo, no hay manera de escapar al embrujo de alguien que te hace reír”.Las revistas del corazón enloquecieron con la pareja de Ursula Andress y Jean Paul Belmondo. Estuvieron juntos más de siete años. (Foto: Getty Images)El romance comenzó a trascender, pero había una circunstancia. Desde 1959 Belmondo estaba casado con la bailarina Élodie Constantin, con la que además eran padres de Florence y Paul. Ursula, en cambio. acababa de divorciarse de John Derek, el director de cine que la definía como su “más bella creación”. Dicen que con la ruptura la actriz dejó una huella tan profunda en él, que Derek buscó emularla en sus parejas siguientes: Linda Evans y Bo aclarar que el director no fue el primero que sucumbió ante semejante encanto. Ursula había tenido una relación con James Dean y enloqueció de pasión a Elvis Presley, que le obsequió 20 canciones inéditas. Lejos de agradecer semejante muestra de pasión, ella dijo que no le gustaba ese tipo de música -o quizá la música de ese tipo-. Así que el Rey del Rock & Roll probó regalándole un auto alemán que la estrella de cine guardó en su que para Belmondo y Andress era una historia de amor, para la prensa y cierta sociedad de la época, resultó un escándalo. Una relación apasionada pero también ilegítima poque el actor era casado. No importaba si estaban enamorados: había que conservar las formas. Durante un año mantuvieron la relación en secreto hasta que el actor logró el divorcio. Se separó de Élodie sin peleas ni enfrentamientos, quizá porque ella aceptó que una mortal no puede competir con una diosa. Los hijos quedaron bajo la custodia de la madre pero compartían mucho tiempo con su papá y su nueva Andress y Jean Paul Belmondo resultaban magnéticos para la prensa y sus seguidores (Photo by Pictorial Parade/Archive Photos/Getty Images)Con el divorcio acordado fueron libres para amarse y para mostrarse. En una entrevista en Paris Match le pidieron al actor que definiría a su compañera, y él no titubeó, la describió “como una tigresa muy hermosa y muy celosa, llena de energía”. Y remató: “Es mi alma gemela”. Ella se mostraba igual de enamorada. “Es único en el mundo. Nos amamos locamente. Estoy con él día y noche, por sus deseos, por sus locuras. Estamos totalmente el uno para el otro. Lo único que no apoyo es su pasión por el boxeo”.Vivieron su amor entre París e Ibiza, con algunas escalas en Suiza y largas estadías en Mallorca. Cada vez que los fotografiaban se mostraban serenos, sonrientes, enamorados. Puertas adentro, la relación era volcánica y apasionada. Es que podés ser la mujer más deseada del mundo, la fantasía de miles, y sin embargo sentirte insegura. Ursula sabía el poder seductor de su pareja y, aunque intentaba acallarlos, los celos se convertían en sus peores consejeros. Se peleaban a los gritos. Ese estilo irreverente y canalla que primero la enamoró, en pareja la atormentaba. Y a él le ocurría otro tanto porque podía ser el feo más hermoso, el seductor infinito, pero, si estás en pareja con una diosa, eso no evita que te sientas un mortal con un problema mortal: los celos. Cada tanto se difundía el rumor que ella esperaba un hijo de él. Nunca noche compartían un momento de sexo y pasión. Invito al lector a imaginar la escena sin necesidad de aditivos triple X. Retozando entre las sábanas, la mujer más sexy del mundo con uno de los grandes seductores. Él hace el amor con la mujer con la que sueñan todos. Ella con el hombre con el que sueñan todas. Pero en el momento cúlmine, ese en que los sentidos estallan y los cuerpos se funden, el francés se despoja de las sábanas, sonríe y se levanta para ir a ver un combate de boxeo. Vuelvo a pedirle al lector que imagine la escena. Que tu pareja te deje para ver una pelea ya es complicado, pero si además sos Ursula Andres, también es Paul Belmondo fue apodado como "el feo más atractivo" del séptimo arteSin percatarse -o quizá debamos escribir sin importarle- lo que sentía Ursula, Belmondo se fue a ver la pelea. Acompañó cada round con unas buenas dosis de alcohol. La bebida no alcanzó a noquearlo pero si le ganó por puntos. Llegó a su casa en un estado más que alegre. Intentó abrir la puerta, no lo consiguió. Volvió a probar la llave sin lograr encajarla en la cerradura. Al tercer intento infructuoso se le ocurrió una idea un tanto extraña pero que le pareció lógica. Si la puerta estaba cerrada con llave no era por seguridad ni por enojo, sino porque Úrsula estaría con un amante. Decidió pescarlos in fraganti. Salió al jardín, buscó una escalera, subió y alcanzó la ventana de la habitación. Sonrió por haber alcanzado su objetivo, pero otro lado, lo esperaba Ursula, que no estaba en los brazos de un amante pero sí con la furia contenida. Al ver el estado de su compañero, decidió hacerle honor a su fama de mujer con temperamento volcánico. Se acercó a la escalera y antes que Belmondo pudiera llegar a la ventana, lo empujó. Belmondo cayó de espaldas sobre el pasto. El cuerpo sufrió algunos magullones, su autoestima muchos principio tuvieron que ocultar su romance ya que Jean Paul Belmondo estaba casado (Foto: AFP)Esa pelea fue el principio del fin. A Belmondo se lo veía en más eventos solo. Si le preguntaban por su compañera, contestaba que estaba en España ocupándose de una nueva propiedad que acababa de comprar. En 1971, sin anuncios ni declaraciones, se separaron. Cuando todos se preguntaban si una reconciliación era posible, ella declaró: “Todo se acabó con Jean-Paul. No quiero volver a verlo”.Se siguieron cruzando en fiestas y festivales. Lejos de las broncas y los reproches, se los veía conversar como dos viejos amigos o dos grandes amantes. El tiempo pasó y cada uno siguió su camino. En el cine, Belmondo continuó brillando y consolidándose como una de las mayores figuras de su país. Úrsula, en cambio, priorizó papeles cortos pero muy bien 1980 fue madre de su único hijo, Dimitri, y otra vez rompió moldes. Tenía 44 años y Harry Hamlin, su pareja y padre del niño, había cumplido 28 años, lo que para algunos otra vez era un escándalo -o podemos escribir una muestra de su absoluta Andress, por entonces era catalogada como "la mujer más sexy del mundo" (Foto: Getty Images)Después de Ursula, Belmondo estuvo en pareja 17 años con Laura Antonelli, otra actriz que llevaba la sensualidad en su ADN. Más tarde mantuvo una relación con una brasileña de nombre Carlos Sotto Mayor, cuyo físico impresionó al mismísimo presidente francés, Jacques Chirac. En 2002 contrajo matrimonio en segundas nupcias y a los 69 con Natty Tardivel, de 41. Se divorciaron en 2008. Tras la separación, se enamoró de Bárbara Gandolfi, una belga de 27 años, ex modelo de Playboy, con la que rompió en 2012. Oh, la, el nuevo siglo, en el 2001, Ursula se retiró de la actuación y se aquerenció en una finca del siglo XVIII en Italia. Eso sí, fiel a su estilo de trabajar poco y ganar mucho, aceptaba participar en eventos previo pago de unos setenta mil dólares. Solo hizo una excepción. Fue parte de un documental sobre Belmondo producido por Cyril Viguier y Paul Belmondo, durante el 6 de septiembre se conoció la noticia de la muerte de Belmondo, Úrsula escribió: “Jean-Paul, eras una persona extraordinaria, un hombre lleno de pasión y vitalidad, con un enorme sentido de humor. Todos te extrañaremos con tristeza. Adiós, tú, el hombre que amaba. Siempre estarás en mi corazón”.Lo despidió como una mujer despide a un gran hombre, pero sobre todo a un gran Paul Belmondo murió a los 88 años. Ursula Andress le dedicó unas sentidas palabras (Foto: AFP)SEGUIR LEYENDO
Jean-Paul Belmondo, who has died aged 88, was the actor who more than any other epitomised the French Nouvelle Vague. In Breathless (1960), one of the most influential films of the last six decades, the 26-year-old Belmondo played Michel Poiccard, who steals a car in Marseille, kills the policeman who follows him and hides out in Paris with his American girlfriend (Jean Seberg).What struck one immediately were the thick, sprawling lips – on to which was stuck a Gauloise – the broken nose, and the sunglasses, suit, tie and hat worn as a homage to the great US gangster prototypes, especially Humphrey Bogart. At one stage, Poiccard looks at a film poster, runs his fingers over his lips and sighs: “Bogie.”Despite the tough exterior, Belmondo gave the impression of fragility, with his pale, delicate skin and soft voice. The New York Times reviewer found him “hypnotically ugly” and “the most effective cigarette-mouther and thumb-to-lips rubber since time began”.An Italian poster for Breathless (À Bout de Souffle, 1960). Photograph: Snap/Rex/ShutterstockBecause of Belmondo’s relaxed, naturalistic acting technique, it was assumed that the dialogue had been improvised, but it was written by the film’s director, Jean-Luc Godard, who nevertheless would not allow the actor to learn his lines but cued him during takes. In the final sequence, the camera chases Belmondo as he continues to run after being shot. As he dies, he looks up at his girlfriend, smiles knowingly and says: “C’est dégueulasse!” (“It’s shitty!”).Because Belmondo projected an anti-conformist image, he was immediately dubbed “le James Dean français”, and after Paul Newman saw him in Paris in the early 1960s he commented: “Why, he’s one of us.” When Jean Gabin, from the golden age of prewar French cinema, co-starred with Belmondo, the darling of the New Wave, in Un Singe en Hiver (A Monkey in Winter) in 1962, he told him: “Kid, you’re me at 20.”There was even a wave of “Belmondism”, manifesting itself in a particular style of offhand, narcissistic behaviour. Of his joli-laid looks, Belmondo commented, “Hell, everybody knows that an ugly guy with a good line gets the chicks.” At the age of 19, he had married a dancer, Élodie Constantin. In 1966 while starring in Philippe De Broca’s Up to His Ears, he and Ursula Andress fell for each other, and Élodie, the mother of their three children, filed for a way, it is absurd that, following Breathless, Belmondo soon chose to withdraw more and more from the New Wave directors and go into commercial films with few artistic demands – vehicle thrillers, adventure movies and acrobatic comedies, in which he became repetitious and self-parodic. The actor Claude Brasseur remarked: “Despite everything, I think it’s a pity for him making popular films because he could enjoy his métier so much more. I remember at the Conservatoire he did astonishing things. Alas, now he has become a sort of stunt man de luxe.”Catherine Rouvel, Mario David and Jean-Paul Belmondo in Borsalino, an American-type gangster movie, 1970. Photograph: Paramount/AllstarWhat was most dispiriting about his career was that French audiences seemed to prefer it that way. When reproached, Belmondo replied: “My public expects a certain type of picture, and I’m not going to let them down.” Secure in his pre-eminence, producing many of his films himself, “Bebel”, as he was affectionately known in France, all but guaranteed a hit a year, few of which crossed the Channel or the Atlantic. Belmondo, who did not speak English, never made it to Hollywood, preferring to make American-type gangster movies such as Borsalino (1970), opposite Alain Delon, who shared top place in the box-office polls.“Nothing impresses him. No danger, no risk, nothing serious, nothing important, nothing explained,” said the journeyman director Henri Verneuil, with whom Belmondo made eight pictures. “He never reads a scenario ahead of time. Never thinks out his role. Never says, ‘How was I in the last scene?’ Never makes suggestions.”He was born in Paris, the grandson of an Italian workman from Piedmont who had emigrated to French Algeria. His father, Paul Belmondo, was a leading academic sculptor and a professor at the École Nationale Supérieure des Beaux Arts, and his mother, Sarah (nee Rainaud-Richard), was a painter. The rebellious Jean-Paul, whose schooldays were turbulent, studied drama at the Paris Conservatory following a brief career as an amateur boxer, and for several years performed in the classics on stage in the provinces before entering the Belmondo and Serge Reggiani in Jean-Pierre Melville’s Le Doulos (The Finger Man), 1962. Photograph: The Criterion Collection/AllstarAs Breathless was Godard’s first feature, it was assumed, by some critics, that it was also Belmondo’s. In fact, Belmondo appeared in supporting roles in nine films before his “overnight” rise to fame. One of his first roles was for Marcel Carné in Les Tricheurs (The Cheaters, 1958), and the following year his portrayal of Bernadette Lafont’s uncouth Hungarian fiance in Claude Chabrol’s À Double Tour (Web of Passion) prefigured the Breathless strong was the impact of his persona in Breathless that his restrained performances as affectionate and humane characters in Vittorio De Sica’s Two Women (1960), Peter Brook’s Moderato Cantabile (1960) and Jean-Pierre Melville’s Léon Morin, Priest (1961) came as a surprise, revealing an actor of a wider range than his subsequent filmography acknowledges. “He is the most accomplished actor of his generation,” claimed Melville. “He can play any given scene in 20 different ways, and all of them will be right.”Belmondo made two further films for Melville, both in 1963: Le Doulos (The Finger Man) and L’Aîné des Ferchaux (Magnet of Doom). In the former, he suppressed his magnetic charm in the part of a sly, safecracking stool pigeon. But it was Godard who gave him his last great role, in Pierrot le Fou (1965). Belmondo as Ferdinand, dissatisfied with Parisian life, and with his wife, sets off on a picaresque journey to the south with Marianne (Anna Karina), getting involved with her criminal activities on the was a similarity between Ferdinand and Michel Poiccard – both are on the run, both are unable to assimilate into society, and each is betrayed by the woman he loves. However, Ferdinand is a more romantic and intellectual figure, acting out an existential tragedy of the transience of love. At the end, having fatally shot Karina and her boyfriend, Belmondo paints his face blue, places sticks of dynamite around his head and lights the fuse. He has second thoughts, but it is too late. “Damn, it’s too absurd!” he says before being blown Belmondo and Ursula Andress started an affair while they were filming Up to His Ears, 1965. Photograph: United Artists/AllstarWith challenging opportunities becoming rarer and rarer after Breathless, his acceptance of roles in François Truffaut’s Mississippi Mermaid (1969) and Alain Resnais’s Stavisky (1974) reminded audiences of his qualities. In the latter, Resnais cleverly subverted Belmondo’s charm and virility, the source of his success as a popular star, to play the notorious real-life 1987 he returned to the stage to play the title role in Kean, the Dumas drama reinvented by Jean-Paul Sartre, and was an excellent Cyrano de Bergerac three years later, also appearing in Feydeau’s A Flea in Her Ear for his own theatre company at the Théâtre Marigny in Paris. One of his last films to have received an international distribution was Les Misérables (1995), Claude Lelouch’s effective updating of the Victor Hugo classic to the Nazi occupation, with Belmondo in his most challenging screen role since the 60s as an uneducated ex-boxer who befriends an intellectual Jewish 2001, Belmondo suffered a stroke, which kept him off the stage and screen until his brief return in A Man and His Dog (2008), based on De Sica’s 1952 film Umberto D. Although he had difficulty walking and speaking, he played a character with the same disabilities. However, no matter what Belmondo did, most serious film commentators would continue to see him as the young rebel who rode in on the New second marriage, to the dancer Nathalie Tardivel, ended in divorce in 2008. Their daughter, Stella, survives him, along with a daughter, Florence, and son, Paul, from his first marriage. Another daughter from his first marriage, Patricia, died in a fire in 1994. Jean-Paul Belmondo, actor, born 9 April 1933; died 6 September 2021
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